Hollywood

jueves, noviembre 16, 2006


Desde chiquitito. Siempre he visto pelis americanas y no me avergüenzo, aunque eso sí a medida que me he ido haciendo mayor he apreciado también el cine europeo y el japonés. Hombre ya el cine afgano considero que es para frikis.
Las películas americanas (más concretamente de la parte de Hollywood) nos han dado parte de nuestra educación. Dice un estudio que un adolescente de 18 años ya ha visto morir a 200.000 personas en la tele. Increíble.
Aquí en España el cine americano nos llega de forma discontinua, como una mala corrida. Aquí podemos establecer varias categorías:
-Las grandes producciones:
Vienen unos años después de su estreno en cines y unos cuantos meses después de su emisión en las televisiones de pago. Las cadenas que las ponen se flipan por que les han costado un riñón y tienen que poner una hora y media de anuncios para pagarlas y hasta cambian el logotipo para recordarnos cada dos por tres cuando van a poner la puta película. En esto Antena 3 se cuela especialmente.
-Las glorias venidas a menos: Fueron taquillazos de calidad discutible, ¡pero en los años 80 o 90! Y nosotros nos las tragamos igual, las pongan en la sobremesa o en el prime-time (22 h). En este grupo entran películas como “La roca”, “Jungla de cristal III” o “Speed”.
-La puta mierda de relleno: Son esas películas en las que sale cualquier cosa trágica y a los cinco minutos un rótulo donde dice “Diez meses antes…” y entonces te llevas una hora y media viendo como se llegó a esa situación. Las cadenas compran varias de estas películas en packs junto a películas buenas. Estas son las malas putas del cine. La típica película que engancha como las pipas aunque el guión sea predecible y los actores unos fracasados.
Encima que nos quitan tiempo esencial en nuestro desarrollo psico-motriz las pelis americanas además nos ofrecen un mundo totalmente irreal. ¡Y nosotros nos lo creemos! Por ejemplo ¿quien dice en España normalmente: “A propósito” o “Que me aspen”?…no me jodas, coño.
No se puede resolver ningún caso de asesinato sin ir a un club de Striptease, donde el protagonista mirará a una rubia despampanante en top-less con cara de amargado y un cubata en la mano; ni sin tirarse a alguien, en ese caso la sábana le llega a la tía por la axila y al hombre por la cintura aunque esta regla se rompe en el cine español (Del 1975 en adelante), donde a la tía se le ve todo de forma grosera.
Si tienen que llamar a donde sean empezarán por marcar 555 y si vienen de hacer compras traerán una bolsa de papel con una barra de pan y una hoja de lechuga sobresaliendo. Nunca falla.
Si hay peleas y al protagonista le rodean seis rusos petados, atacarán de uno en uno mientras los demás agitan sus armas con gesto amenazador y si unos terroristas han puesto una bomba habrán tenido el detalle de incorporarle un contador grande y con números rojos para que te enteres de cuando vas a perder las cejas.
Por si esto fuera poco los ordenadores nunca tienen Windows, si no un programa raro donde pulsando tres veces en el centro de la pantalla el protagonista ya habrá encontrado lo que buscaba. Además una madre siempre cocina huevos, bacon y tortitas, aunque luego nadie tenga tiempo de comérselos.
En fin que nos ofrecen un mundo degenerado e insano, donde los espías follan a hierro y los rusos son todos unos hijos de puta, pero donde a la vez el bien siempre vence justo después de que el malo cuente su plan malévolo.
Asi que a disfrutar de este cine, más que nada por que no nos queda otra, a no ser que seáis de esos que ve cine Afgano.

Un abrazo con componente erecto [Gareth]


0 comentarios: