Torturas & Castigos I

jueves, marzo 06, 2008

Hace poco vi la matanza de texas (que os recomiendo) y me ha despertado cierto interés por el sub-mundo de la serie B y la sangre. Asi que siguiendo con esta línea me encontrado por ahí una lista de las torturas/castigos bastante cafres. Está en un blog bastante salido (y de ahí su éxito), que os enlazo. En la entrada original había fotos bastante fuertes, que no pienso poner por no romper el tono relajado de este blog. Solo os comentaré algunas macabramente interesantes.

Cortar las manos:

Sencillo y efectivo. Según la Ley Musulmana o Sharia, se le deben cortar las manos al que entra a escondidas en un sitio privado y hurta algo (saariq). No se aplica a quienes hurtan aprovechando un descuido ajeno (mukhtalis) o a quienes roban con violencia en lugares públicos (ghaasib). En Iran, Nigeria y otros estados islámicos se aplica actualmente esta forma de castigo.

Garrucha:

Aparte de un bello destino estival almeriense es una práctica bastante chunga (para mi gusto). Se le ata al condenado las manos a la espalda y con esa misma cuerda se le iza bien alto. Entonces se le deja caer rápidamente, pero sin que llegue a tocar el suelo. El resutado son unos brazos dislocados. Esta práctica era perpretada por los alegres sacerdotes de la Inquisición española e italiana.


Al mar dentro de un saco

Lo practicaban los romanos cuando alguien cometía parricidio o asesinaba a alguno de sus abuelos. Lo primero era azotar al acusado hasta que sangrara. Entonces se le metía en un saco con un perro, una víbora y un mono (no me pregunteis por qué...) y se le tiraba al mar. Por su puesto no debemos olvidar que se debía coser los labios del condenado al saco. Bonito detalle.

El burro griego

Me he inventado el nombre, y la verdad es que esta es tan cruel como imaginativa. La practicaban los griegos y consistía en abrirle la panza a un burro y sacarle todas las vísceras. Entonces se metía al pobre hombre dentro del burro, y se cosía la panza de este dejando la cabeza de la víctima fuera. El siguiente paso era untarle la cabeza con miel y dejarle allí en la bucólica pradera mediterránea. Según como yo me lo he querido imaginar el penado muere comido por los gusanos e insectos que devoran al burro lentamente, de ahí lo de la miel. Pero lo más probable es que murieran de sed a los pocos días. (Darle al pobre de comer y beber para ver como se descomponía con el burro ya es de muy hijo de puta...)

Agua Hirviendo

Fue un método legal en la época de Enrique VIII de Inglaterra que se aplicaba a los envenenadores. Se metía al condenado en una gran tinaja y se iba elevando la temperatura lentamente, hasta que el acusado muriera debido al calor. Así de fácil y además después puedes hacer ropa vieja.



El garrote vil

Clásico español. Consistía en un aro de hierro que se ponía en el cuello del condenado y que se iba haciendo más pequeño mediante el giro de una palanca, hasta la rotura del cuello de la víctima. La variente catalana tenía también un punzón de hierro que penetraba en la nuca hasta destozar las vértebras cervicales. Aunque nos parezca increíble esta práctica se siguió haciendo durante el franquismo. La última vez que se aplicó fue en 1974. De vergüenza.

Enterrado vivo

Se practicaba en Italia a los asesinos impenitentes y en Rusia a las mujeres que asesinaban a sus maridos. Creo que no hace falta explicaros en que consiste, solo que la magnitud del castigo aumentaba cuando le metían al condenado movidas chungas en al ataúd. Por cierto oí (creo que en cuarto milenio) que hace ya un buen puñado de años enterraron viva por error a una embarazada. Cuando al cabo de los años exhumaron el cadaver se encontraron algo muy inquietante. El ataúd estaba arañado por dentro y el esqueleto de la mujer sostenía en sus brazos a los pequeños huesos del bebé.

El toro de Falaris

Se tenía una estatua de un toro de bronce y totalmente hueca. El condenado era encerrado en el interior y se le ponía sobre un fuego. Mientras la víctima se cocía viva en su propio jugo se dejaban unos orificios en el hocico del toro abiertos para que por el salieran el vapor y los gritos, lo que causaba un interesante efecto de concienciación en los pueblerinos que veían la ejecución. Lo practicaban los romanos.



La rata y el cubo

Esta es propia de una mente bastante retorcida y no se si es real (habría que probarlo...) Se coge una rata y se la pone sobre el estómago desnudo del torturado. Entonces se pone encima un cubo de metal al que se le aplica un soplete para calentarlo. Por el transporte del calor la rata (y la piel de la víctima) se empiezan a cocer. La idea es que entonces la rata, para salvar la vida, empieza a abrir un agujero en la piel de forma desesperada y se mete entre las vísceras del torturado.

Vamos a dejarlo aqui. Si eso en el futuro os pondré otra entrega por que aqui hay manteca para rato.

1 comentarios:

Raven dijo...

Tres comentarios:

Respecto a la ropa vieja, decir que con la mierda que tendrían los tios, mas que una ropa vieja son unos chipirones en su tinta de la peste a nabo y el colorcito negro del agua.

Hablando del torito, creo que entre el humito de la nariz y los gritos pretendían crear la ficción de que el toro estaba vivo, cosa que mola. ¡¡¡Practiquémoslo!!!

Por último el de la rata existe. La única vez que he visto esta práctica fue en la película de A TODO GAS 2, la del negro petao. La lastima fue que la rata no llegó a hacer el agujero, sólo hizo las marcas para saber donde cavar. Eso si, al tío le entro la Rarra.

[Raven]