"El deporte es una estilización de la guerra" Francisco Umbral (1935-2007) Escritor español

Derek Fisher, Kobe Bryant, Lamar Odom, Pau Gasol y Andrew Bynum. Suena rematadamente bien, casi obsceno a los oídos. A la espera de que Bynum supere su lesión, el quinteto titular que empieza a asomar por el Staples quita el hipo. Estarán contentos en Los Ángeles, acostumbrados a tanta extravagancia hollywoodiense y a tanto brillo sideral. Un equipo a la altura de tanta estrella. Vuelve la fiebre amarilla. Vuelven los Lakers.

Kobe no aguanta a Shaq. Shaq no aguanta a Kobe. Phil no aguanta a ninguno de los dos. Los Pistons apenas ceden un partido en las Finales y acaban por imponerse con autoridad. Malone y Payton, sin anillo. Eran los Playoffs de 2004 y una etapa más que gloriosa parecía cerrarse para los Lakers. Por si aún quedaba alguna duda, Shaquille O'Neal, el pívot más portentoso que vieron los 90, hace las maletas y se marcha a Florida para jugar en los Heat. El equipo está roto y, por si fuera poco, Phil Jackson se toma un año sabático en su refugio zen quién sabe si para no volver nunca más. Al año siguiente el equipo ni siquiera entraría en Playoffs, algo que no pilló por sopresa a nadie pero que no por ello dejaba de ser menos humillante para una franquicia ganadora como la angelina. Pero, ¡aleluya!, Phil Jackon y Kobe apartan sus diferencias y el gurú vuelve al banquillo laker la siguiente campaña. Las cosas, desgraciadamente, tampoco mejorarían mucho. Por entonces Kobe se enchufaba 32 puntitos por encuentro, empeñado en sacar resultados de un equipo poco más que normalote. El MVP, nunca tan merecido, ni está ni se le espera. Era luchar contra una quimera, él solo contra el mundo partido de 81 puntos incluido. Al menos se metieron en postemporada, poniendo además en serios apuros a los deslumbrantes Suns de un tal Nash pero siendo a la postre eliminados 4-3. Nada que saciara el hambre de victoria de Kobe, claro está, más aún cuando mes y medio después su "querido amigo" Shaq lograba su cuarto anillo contra todo pronóstico. Entonces empiezan los rumores de que Kobe quiere ser traspasado, rumores que se vuelven afirmación pública con una nueva eliminación en 1º ronda justo un año después, también contra Phoenix. Bryant pide el traspaso de manera explícita, argumentando que el GM de los Lakers había incumplido su compromiso de construir un equipo ganador a su alrededor. Al final, Kobe se queda y en la 07/08 empiezan a llegar los resultados. Tampoco era un equipo de campanillas, pero la mejora era consustancial. Y en Febrero ¡pam! estalla el notición: Pau Gasol, después de dos temporadas de calvario en Memphis, era nuevo jugador de los Lakers. Empezaba una nueva era.

Sobre dónde está el techo de este equipo, el tiempo lo dirá. Creo que sería injusto pedirle el anillo este mismo año, aunque su potencial dé para ello. Muchos son los condicionantes. Bynum debe superar definitivamente su lesión y demostrar, en postemporada, que es ese jugador 20-10 que ha dado el salto de calidad este curso. A Odom solamente le pediremos que continúe aportando lo que suele aportar: consistencia. Es el clásico alero trabajador y polivalente que te da más con menos, sin hacer ruido. Fisher debe seguir siendo ese 1 serio y experimentando de vocación ofensiva, viejo rockero de Playoffs con tres anillos a la espalda. Gasol, por su parte, tiene que asimilar la concepción táctica del tridente de Phil Jackson y, sobre todo, aprender a cerrar el rebote y a mejorar la defensa. Me parece que en Mayo sabremos realmente cuánto talento guarda el de Sant Boi y cuánto le han inflado los medios españoles. Turiaf, Vujanic, Radmanovic y Farmar deben seguir aportando desde el banquillo ese plus que gana partidos. Su labor es vital. En cuanto a Kobe Bryant, lo suyo sólo es un ejercicio de memorística: la reminiscencia de cómo se gana el anillo. Talento le sobra. Hambre no digamos.

PD: Mi pronóstico es que caerán en las Finales de Conferencia, ante los Spurs.