"Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte" Miguel de Unamuno (1864-1936) Filósofo y escritor español

miércoles, febrero 27, 2008


Hola de nuevo a todos. Tras una semana sin escribir aquí estoy otra vez, de vuelta tras un pequeño viaje que he hecho. De eso precisamente voy a habar hoy: de mi viaje a Lisboa.

Como ya sabrán Lisboa es la capital de Portugal, país vecino del nuestro. Es una ciudad situada en la desembocadura del río Tajo, en la fachada oeste de la península Ibérica. En cuanto al clima, si bien las temperaturas son cálidas y agradables las lluvias son frecuentes, al punto de que se da de media un día lluvioso de cada 3 ó 4 al año, llegando a los 100 anuales. De hecho, durante los cuatro días y medio que estuve allí llovió en casi todos, algunas veces buena parte del día, otras veces sólo durante fases concretas.

¿Qué se puede visitar en Lisboa? El centro histórico es digno de visita, con sus intrincadas y empinadas calles, todas empedradas (no sólo aquí, en toda Lisboa). El tranvía, la estrechez y el aspecto envejecido de las rúas ayudan a acrecentar su estilo de ciudad más centro europea que occidental. Tejados rojos, edificios de muchos colores...Por momentos parece mucho más una Praga hispanizada que una urbe ibérica. En esta zona se puede visitar el Castillo de San Jorge, con magníficas vistas de toda la ciudad, el Panteón Nacional o la Sé o Catedral de Lisboa, catedral de estilo románico que gusta pero no emociona. Hacia el oeste de Lisboa está la zona de Belém, con su emblemática torre en forma de bota y sus más que apetitosos pasteles. En el lado opuesto, al noreste de la ciudad, se levanta todo el complejo contruido con motivo de la Exposición Universal del año 1998: un flamante teatro-auditorio para espectáculos (que albergó los MTV Music Awards de 2005), la Torre Vasco de Gama o el magnífico Oceanario, donde se disfruta mucho viendo tan de cerca a tiburones, rayas, mantas, morenas, nutrias, etc. Digno de elogio es lo didáctico de la exposición y su interés por la conservación del medioambiente; no lo es tanto el hecho de que la única sálida del recinto pasa forzosamente por una fastuosa tienda de souvenirs. También se puede dar un breve paseo en telecabina por toda esta zona. El centro financiero de la ciudad ya si se parece más a cualquier ciudad europea, a Madrid por ejemplo, con grandes avenidas repletas de publicidad, tráfico, restaurantes, fuentes, semáforos y demás. A reseñar la Plaza del Comercio, la Plaça dos restauradores y el Elevador de Santa Justa. Además, al otro lado del río, en Almada, se encuentra la estatua a Cristo Rey, una escultura a imagen y semejanza del Corcobado de Río de Janeiro que fue un regalo del dictador Francisco Franco al otro dictador, el portugués Salazar. Y los dos célebres puentes de Lisboa: el 25 de Abril, al estilo Golden Gate norteamericano, y el Vasco de Gama, larguísimo y faraónico. Mención aparte merece Sintra, una villa situada a las afueras de Lisboa. Se puede llegar a ella en tren de cercanías, en unos 40 minutos. Cuenta con un complejo natural precioso, circundante de un castillo más que apetecible de visitar. En cuanto a las salidas nocturnas, las principales zonas de interés se reparten entre el Barrio Alto, similar a la Alfalfa o la Alameda sevillana, y la zona del puente 25 de Abril, lleno de discotecas y bares de copas.

¿Qué puedo decir de la gente de Lisboa? Gente normal y corriente, lejos de tópicos y leyendas infundadas. Hay de todo, por supuesto, pero no puedo dejar de hacer notar la sobresaliente amabilidad con la que siempre nos trataron. Lo del idioma no es ningún problema, ellos te entienden perfectamente y tú a ellos también, siempre que no suelten ninguna parrafada.

En definitiva, una visita muy recomendable. Es relativamente barata, está bastante cerca y tiene mucho que visitar. Yo la recomiendo. No es verdad que Portugal sea el hermano pobre de España, tampoco es verdad que allí no haya nada que ver. Es falso. Lisboa tiene un encanto especial, mestizo, a caballo entre lo mediterráneo y lo sajón. Lisboa no se casa con nadie y ofrece múltiples caras sin apenas pretenderlo. Ahí reside su encanto.

PD: Sin ánimo de ser desagradable, no quiero dejar pasar la ocasión para hacer referencia a las cuatro mujeres asesinadas ayer. El problema del machismo y la violencio de género continúa en nuestra sociedad y es muy importante que no nos olvidemos de ello. Ahora que tanto se habla de política, tratemos de que todo esto no quede en papel mojado. Y yo me pregunto, ¿cuántas personas mueren al año por violencia de género y cuántas por terrorismo?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

hola!! genial descripción! la verdad es que lisboa tiene mucho encanto yo estuve alli hace unos dias tb jaja que casualidad... se te ha olvidado aconsejar que se lleven carnet joven pa el telesferico, que te sale mucho mas barato y se evitan muchos disgustos con la encantadora señora que venden las entradas o que para salir x la noche olviden salir por la zona de Alfama si no kieren pagar 180 euros para entrar en una discoteca :p pues nada que me despido, me ha gustado mucho este post, y espero que puedas hacer otra bonita descripcion de nuestro próximo destino: camino de Santiago!

Anónimo dijo...

Mola esto de las admiradoras secretas. Rrrrr!!!!

Anónimo dijo...

uy perdon jaja soy Goretti

Anónimo dijo...

Eso si... jejeje...

Pablo Herrera dijo...

Yo también vi ese encanto en Lisboa entre lo mediterráneo y lo sajón pero la verdad es que me recordó más a Roma que a Praga.

Y caí rendido a los pies de Sintra, desde luego, lo mejor de mi visita a Portugal que también pase por Évora, otra ciudad patrimonio de la humanidad preciosa, me recordó mucho a Ávila y con un templo romano precioso.