Acidez de estómago

miércoles, junio 25, 2008


Por fin encontré un símil: hace calor de rebufo de autobús.

La economía puede mirarse de dos maneras. Hay una perspectiva macroeconómica y hay una perspectiva microeconómica. Sin tener la menor idea de economía se puede intuir que una va a gran escala y la otra se ocupa de cosas más pequeñas, por así decirlo. Bien. Pues dicen los entendidos que nuestra macroeconomía es fuerte y robusta y no hay de qué preocuparse. A esos señores se les podría decir que la gente está microeconómicamente jodida.

Por otra parte, veo a muchos empresarios que se rasgan las vestiduras ante el apocalipsis económico. Más aun, suelen cargar contra la pasividad del gobierno. Me hace gracia. Resulta que suelen ser sujetos dedicados -directa o indirectamente- al ladrillo los que claman al cielo, aquellos que hasta hace poco se forraban alegremente con la pompa de la construcción. Ahora las pasan putas, claro. A esos oportunistas se les debería enseñar una mínima noción de lo que significa la economía de libre mercado.

¿Oyó alguien alguna vez que teníamos superhábit? Yo varias veces. También oi golpes en el pecho y bling bling de medallas. Resulta que ahora no existe implicación entre Gobierno y vacas flacas. Obra anónima, sin firma. Nadie se atribuye la paternidad de la criatura. Pues no lo entiendo.

1 comentarios:

Poliándrico dijo...

Son ciclos, y los expertos predicen que la mala época acabará en el 2012.

Ya en el primer mandato de Zapatero el señor Rato desde Bruselas le avisaba de que debía disminuir el gasto social y ahorrar, porque vendrían vacas flacas.

El gasto social dispara el consumo y aumenta la deuda en forma de importaciones y balanza de pagos negativa.

Irónicamente yo sigo viendo el enorme flujo de coches, con una media de 1'2 ocupantes/vehículo. Creo que la gente es muy cómoda... Esperemos que el metro solucione parcialmente la cosa, como lo está haciendo el sevici en la capital.

Los del ladrillo... bueno, no sólo son ricachones especuladores. Son albañiles, electricistas, fontaneros, familias que pagan fuertes hipotecas que ahora no valen nada... de todos modos dicen que el sector de la construcción no está tan afectado como el del turismo, que ha bajado en afluencia y gasto del turista.

Y mientras un centenar de políticos se suben el sueldo para solidarizarse con nosotros... menos mal que hay otros que empiezan a hablar de congelárselo.

Saludos!