Como todos los días, trasteo por los diarios digitales. Hoy me he encontrado con algo curioso que me ha hecho pinchar y leer, cosa que hago con pocas noticias. La empresa Dunkin' Donuts, degustada por todos aquellos que hemos visitado Madrid o Barcelona alguna vez, ha retirado su último cartel publicitario. La razón: la chica que le pone la cara a la publi, además de sostener un magnífico café Dunkin en la mano, tuvo la genial idea de vestir un palestino para la foto. Bueno, ella seguro que no; los actores y actrices no tienen ni voz ni voto en estas cuestiones. La chica se llama Rachel Ray y al parecer es una eminencia de la tele de allí. El caso es que a la señorita, de muy buen ver por cierto, se le han echado las culpas del 'vestuario'. Lo que se llama matar al mensajero. No me creo que no haya nadie lo suficientemente sensato como para prever que un pañuelo palestino en un anuncio con gran público en el país de los malvados y los superhérores, en el país de los ejes del mal, levantaría una pequeña gran polvadera de 'neocons' nerviosetes. Además de los inmigrantes sudamericanos o asiáticos que fabrican donuts de sol a sol, en Dunkin seguro que tienen a un señor de corbata y traje con conocimiento del business al que le hizo mucha gracia la incendiaria idea del palestino. Nada como el efecto Toscani, pues publicidad polémica es igual a publicidad rentable.
Este suceso me da bola para hacer dos comentarios. Primero, que las cadenas de alimentación norteamericanas que empiezan a colonizar nuestras ciudades son el mismo perro con diferente collar. Date cuenta: el Starbucks es un McDonals donde sirven cafés. Es sólo una cuestión de novedad y de posicionamiento publicitario. Y segundo, el palestino. El señor del Dunkin' conoce perfectamente a quién se dirige su publicidad y no por casualidad pone a una chica joven, guapa y progre, que va a tomar café con donuts después de irse de tiendas con su amiga Alison. El palestino es un signo distintivo de las juventudes y se convierte en un componente icónico perfecto para ser explotado publicitariamente. Y ya se sabe que todo lo que se vuelve 'masivo' acaba diluyendo su propio significado. Y si no me crees pregúntale a algún conocido que use el palestino que qué es Palestina. Te dirá que es el pueblo que sufrió el holocausto nazi en la Segunda Guerra Mundial. El palestino ya no significa nada. Es una moda. Como los pantalones de pitillo.
Teje-manejes comerciales
sábado, mayo 31, 2008
Publicado por Consigliere en 10:35 a. m.
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5 comentarios:
"Date cuenta: el Starbucks es un McDonals donde sirven cafés" ayayayy que talento descriptivo tiene este chico!!
por cierto.... xD
si te aburres..... http://www.ginesavanza.com/certamen-literario-autobus.pdf
nous vemoh!
De nuevo, bravo por un analisis así!! has dado en el clavo, como soleis hacer con muchas cosas. Os felicito.
.:Puche:.
Ma molao...
Histeria, paranoia, todo lo que digan los Green Day en sus canciones es poco...
Lo de la publicidad negativa no sabía que tenía nombre... Toscani...
Y los pantalones pitilleros tuvieron mensaje político alguna vez??? :S
Qué de cosas aprendo aquí mare mía...
PALESTINOOOOORRL!!!!
(ataque especial de manu chao, inmoviliza a su presa atándola por las manos)
http://muchachadanui.rtve.es/videos/manu-chao-16.html
When you look at the concept of the phrase really like, with relations to a loving romance having a different, although as a sense that is certainly engendered if you have miltchmonkey an even better partnership with yourself way too - and even like a feeling of higher unity with the family and also the human race ( space ) the idea gets to be all the more clear that each everyone wants in daily life is usually really enjoy.
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