La Columna de Consigliere V

viernes, julio 06, 2007

"Pretty Woman, walking down the street..."



¿Qué pasa nenes? Espero que vuestras menten sigan en estado sólido, aún resistentes a este sofocante calor. ¿Por qué la gente no saldrá a la calle con paraguas?

Aviso para navegantes: las rebajas han llegado a nuestras tiendas. Es una buena oportunidad para renovar el armario con cositas acordes a la estación, la oferta es bien amplia y variada. Si bien es cierto que los descuentos tampoco son sustanciales, sin duda para un buen número de prendas o productos la diferencia ya empieza a notarse. Y bueno, por pequeño que sea siempre se agradece comprar más barato. Pero, ¿qué son realmente las rebajas?

Mis conocimientos de economía, márketing y demás materia relacionada es más bien escaso, así que caminaré un poco de puntillas a la hora de analizar el tema. Retomemos: ¿qué son las rebajas? Podríamos definirlas como una reducción de precios cuyo objetivo es liberar stock. Es bien sabido popularmente que las rebajas son utilizadas por los comercios para "librarse" de todo aquello que no han podido vender en régimen normal de precios. Todo lo que no ha funcionado según las expectativas se relanza en época de rebajas con el nuevo impulso que supone un precio más barato. Así, se le da una segunda oportunidad al producto para que finalmente logre el nivel de ventas esperado (no tiene por qué venderse todo, los empresarios sólo marcarán tal nivel de venta para productos muy concretos de gran salida). Vale, entonces las rebajas consisten en poner otra vez a la venta lo mismo pero más barato.

No obstante, conviene introducir algunos añadidos. Primeramente imagino, sin conocer demasiado el tema, que las tiendas introducirán también productos nuevos en época de rebajas, si bien representarán un porcentaje menor de la oferta. Se me ocurren dos razones que explican esto. Primero, que la presencia de cositas nuevas sin duda dota de fuerza al conjunto total de lo que se vende, creando a veces la ilusión de que realmente se trata de una partida netamente nueva de productos. Muchas veces estos productos nuevos son el "motor" que empuja una oferta, como decimos, de escaso impacto si tenemos en cuenta que ya es conocida. Además, las fechas de rebajas (enero y julio, ¿había alguna más?) están colocadas estratégicamente en lo que a estacionalidad se refiere, de modo que introducen una nueva temporada con las consiguiente necesidades que generan. O sea, la necesidad de un bañador, por ejemplo, en agosto estará probablemente suplida, si bien la sentimos al inicio del período vacacional: julio. Los volúmenes de ventas son mayores en épocas de "entre-estación", o al inicio de las mismas.

También entra en juego la denominada elasticidad de la demanda. ¿Ezo qué e lo que e? Pues es el grado de susceptibilidad que tiene la demanda de variar si alteramos el precio. O sea, lo mucho o poco que varía la demanda si toqueteamos el precio de un producto. La elasticidad es un elemento de análisis que debe ser entendido de diferente manera según el producto del que estemos hablando. Los productos de primera necesidad, por ejemplo, serán adquiridos indiscriminadamente, de modo que su demanda no variará demasiado si aumentamos o disminuimos los precios. Sin embargo, bienes y servicios no tan necesarios se volverán más deseables si los ofertamos a un precio más atractivo, o serán menos demandados si los encarecemos. Si una viena de pan cuesta 25 céntimos y mañana sube hasta los 30 la gente lo seguirá comprando, incluso si su precio se duplicara hasta los 50. Verduras, leche, carne, agua, electricidad...La gente los necesita y la demanda apenas se resentirá si por diferentes motivos se encarecieran. Igualmente, si los vendiésemos más baratos apenas notaríamos aumentos importantes en las ventas. Pero el caso que nos ocupa es diferente. Los productos ofertados en las rebajas, como ropa, zapatos, etc, sí sufren alteraciones más notables si jugamos con su precio. Su demanda es elástica, ya que una bajada de precios procará una subida exponencial de la demanda, mientras que un ascenso de los mismos la mermaría. Así pues, las rebajas son una herramienta más que interesante a la hora de poner en venta este tipo de productos. Complementariamente, con la fórmula del denominadao Umbral de Rentabilidad sabremos cuánto debemos tocar para que sea rentable, es decir, a partir de qué punto bajar los precios nos hará salir ganando. En qué momento tendremos tantas ventas como para que nos compense abaratar precios.

Vaya ladrillo. Ya entrando en temas más sociológicos, las rebajas sacan a la palestra gran cantidad de temas controvertidos. ¿Compramos más de lo necesario, adquirimos más cosas de las que realmente nos hacen falta? Creo que coincidiremos en que una mayoría de la población incurre en este problema de consumismo. Me parece que está claro: ¿hace falta un bañador nuevo cada año? Pues no, pero nos gusta estrenar y lucir algo inédito. Es la cultura capitalista de occidente una cultura que se basa en lo fugaz, lo nuevo, lo sustituible, la cultura del quita y pon. La percepción histórica se hace difusa para dar peso al presente. Tienes que sorprenderlos cada día, no importa si ayer ya lo hiciste. Es una cultura muy efectista, es la cultura del escaparate Y bueno, se observa claramente que este principio de lo novedoso no es sino un engranaje más que trabaja en pos de la inercia consumista. ¿Quién no ha sentido la necesidad de ponerse algo nuevo para esa gran ocasión tan importante? ¿Cuánto duró la sensación de bienestar? ¿En qué momento dejaste de sentirte especial con eso nuevo que te compraste? ¿Cuándo volviste a sentir la necesidad de adquirir algo nuevo? Y en fin, vuelta a empezar. A seguir dándole vueltas a la rueda.

Perogrullada: la virtud está en el término medio. Vete a tus tiendas predilectas en rebajas y píllate cosillas que te hagan más o menos falta. Que si un pantalón corto, unos botines que estos ya están muy cascados, esa gorra está guapa y encima rebajada...Pero todo con moderación. Yo lo admito: soy el primero que en rebajas suelo aprovechar y hacerme con algo que me venga bien. No es algo malo me parece. Si quieres comprarte un bañador nuevo cada verano hazlo hombre, pero busca algo a buen precio y olvídate de estrenar también el resto de prendas. O yo que sé, si encuentras de todo y barato pues genial, gástate el dinero en las cosas que te hagan feliz. Pero bueno, nada de sangrar a mamá a cada mes para que todo el mundo se fije en ti el viernes por la noche. Y sobre todo, no permitas que te confeccionen la agenda desde los medios. Hay rebajas, pues habrá que ir. Si no hay ganas, si no te hace falta nada en concreto, si andas mal de dinero, pues no pasa nada, ya comprarás en otro momento. Ni se te ocurra sentirte mal por no haber comprado nada, ni se te ocurra sentirte en la obligación de aprovechar la irrechazable oportunidad que suponen las rebajas. Y sobre todo, ni se te ocurra que Matías Prats te saque corriendo pa entrar la primera...

Saludos desde la Cueva,

Consigliere

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡ viva las rebajas !! que si, que si, que todo es un complot mundial para sacarnos hasta el último céntimo con engaños y todo lo que quieras... pero no digas que no te sientes feliz despues de haber encontrado esa camiseta que hace tiempo viste y no pudiste comprar por que andabas algo pobre...:D y cuando el viernes sales, no solo presumes de nuevo modelito, sino de haberlo encontrado bajo un taco de ropa arrugada y manoseada por la mitad de precio... es como superar a todas esas mujeres que tienen mas experiencia y manos más ágiles que te miran envidiosas cuando, triunfante, estiras tu nuevo tesoro, como hizo en su dia el mono del rey león con Simba, y ves que es tu talla, muchas rondarán por tu camino esperando que lo sueltes, pero tu decidid@ entras en el probador, y cuando sales, las hienas esperan que lo dejes en el montón que la pobre empleada trata de doblar, pero les sonries y emprendes tu camino hacia la caja jojojo, es tuyoo tu tesorooo :)

pues eso que ole por las rebajas y por los que consiguen salir vivos de las tiendas con lo que querian en su bolsita!

Goretti

Anónimo dijo...

lo confieso:soy adicto a las rebajas, no lo puedo evitar, porque es que yo las quiero, las quiero y como massho que soy debo mantener una figura, pero en esta epoca...me desato.
pos yo miro, compro, vuelvo a mirar y me regalo(mango) cosas. hombre porque las cosas no son tan baratas y ademas me compro cosas que ni siquiera estan de rebajas, debo compensar la perdida.
pero en resumen, a comprar que ayuda ala economia mundial

un comentario ofrecido con descuento pot CAV ONE